Hoy, somos hogar de 59 artesanas y artesanos de distintas regiones de Oaxaca. Cada uno, con manos firmes y alma apasionada, da vida a tradiciones que han resistido el paso del tiempo. Trabajan el barro negro, el barro verde, los tapetes de lana, la filigrana, los textiles bordados, la palma tejida, la mantelería, la talabartería y, por supuesto, los alebrijes criaturas fantásticas talladas en madera, llenas de color, magia y simbolismo.

Cada creación que nace aquí es más que un objeto: es una historia, una raíz, un canto a la tierra. Los alebrijes, en particular, son una expresión profunda del imaginario oaxaqueño, donde el arte se mezcla con el sueño y la espiritualidad, invitándonos a mirar el mundo con otros ojos.